Pequeña historia.

Vivo en México, país que se encuentra en una de las zonas sísmicas más activas del planeta. En 2017, tres de los terremotos mas fuertes jamás registrados golpearon un tercio de los estados de nuestro país. En ese momento vivía en la Ciudad de México y aunque afortunadamente no estaba en las zonas de impacto, vivir ese desastre me movió inmediatamente a la acción. En ese momento los medios de comunicación convocaban a donar agua y medicamentos. Me reuní con mi familia, salimos al súper, llenamos un carrito y nos trasladamos sin saber realmente en dónde canalizar nuestra donación. La información en medios era confusa y caótica, decidimos entonces que lo más prudente sería dejar los víveres en la estación de bomberos más cercana. Cuando llegamos nos enfrentamos con una realidad que nos impacto en la cara: miles de personas en toda la ciudad habían tenido exactamente la misma iniciativa y nuestro donativo, en ese momento, más que ayudar sólo podría entorpecer el espacio de las labores de los brigadistas.

La situación me abrumó. Debía haber una forma más eficiente de canalizar las donaciones, de hacer que la buena intención de los ciudadanos tuviera un impacto real en la atención del desastre. Esa noche no pude dormir. La información estaba dispersa, ¿Qué se necesita?, ¿Dónde es más urgente?, ¿Dónde ya no es necesario?, ¿Están sobrando recursos?, ¿Cómo lo redistribuimos?. Comencé a vaciar toda la información que me llegaba en una hoja de cálculo de google pública. Para el amanecer ya había iniciado un pequeño grupo con mis amigos más cercanos para recopilar datos en tiempo real de las necesidades en las zonas de desastre. Todos los datos que recogimos del hashtag #AquíNecesitamos en los medios sociales, llamadas, mensajes y correos electrónicos fueron procesados y reflejados la hoja pública. En menos de tres días nuestra red pasó de cinco miembros a cientos (directa e indirectamente) colaborando en tiempo real. Le dimos al clavo, encontramos un problema real y ofrecimos un medio para resolverlo.

Nuestra solución temporal nos sobre pasó. Organizamos jornadas de monitoreo en redes sociales y con voluntarios en los sitios de desastre que verificaban que las necesidades fueran reales y las donaciones siguieran siendo útiles. La hoja estaba siendo actualizada las veinticuatro horas del día por voluntarios en todo el país, en EE.UU., España, Alemania, Uruguay y Guatemala. Las notificaciones no cesaban en todo el día. Otros grupos que habían tenido la misma idea se sumaron haciendo más grande la red. Fue una locura, así que decidimos pedir ayuda. Al más puro estilo de un hackaton, desarrollamos un sistema para gestionar la necesidades con una lógica de inventario y utilizamos un mapa para geolocalizar los puntos por nivel de urgencia. Además, gracias a una miembro de la red, tuvimos la fortuna de conectarnos con Saiph Savage y la comunidad CodeandoMexico quienes nos apoyaron con un bot que automatizó las alertas en twitter.
Eventualmente con el transcurrir de los días y reducirse la emergencia, todo volvió a la normalidad y una mejor versión de ese proyecto aún espera salir a la luz.

Voltear al pasado para prevenir en el futuro.

En el contexto de esta anécdota, yo me encontraba estudiando la Especialidad en Diseño Multimedia en la EDINBA. Esta experiencia me dio la oportunidad de vivir el pensamiento de diseño en situaciones de desastre, principalmente, pude utilizar la empatía para darle forma a una solucione que puso en sinergia la colaboración masiva. Incluso, fruto de esta experiencia nació Papkit!, un kit que ayuda a brindar Primeros Auxilios Psicológicos a niñas y niños para prevenir el estrés post traumático después de vivir una situación tan impactante como es un sismo. Proyecto del que también me siento muy orgullosa de haber recibido el Premio Nacional de Diseño 2019: Diseña México junto con mi amiga y colega, Gibrana Martínez.

Recientemente me uní a la comunidad de Dribbble y al Daily UI challenge. Creo que no hay mejor manera de aprender que haciendo. Así que, para este primer ejercicio, y para homenajear a toda la comunidad de #AquíNecesitamos a dos años de aquel sismo, me pregunto ”¿Cómo podemos hacer una aplicación con un registro rápido para comenzar a proporcionar ayuda en una situación de desastre?”.

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Diseñar para la emergencia